LA ESQUINA CALIENTE
ACHO, PR ES OTRA COSA

Si hay alguien que está en su momento y no parece bajar es Bad Bunny. Después del palo de su álbum Un Verano Sin Ti (2022), que debutó en el #1 del Billboard 200 y le dio hasta una nominación a Álbum del Año en los Grammys gringos, Benito encontró la manera de subir de nivel. Tal vez no con Nadie sabe lo que va a pasar mañana (2023), pero sí con Debí tirar más fotos.

En enero de 2025, lanzó el álbum con una campaña de promoción bien chula: guaguitas plataneras, presentación sorpresa en el subway de Nueva York y conduciendo un noticiero. Después soltó la bomba de que su gira empezaría con 30 conciertos en Puerto Rico. El domingo 15 de septiembre fue la última función y esta semana anunció una más. Hoy te contamos por qué todo el mundo está hablando de este espectáculo que le llenó los bolsillos a los boricuas y que ya tiene hasta demanda legal. 

VOY A LLeVARTE PA PR

Primero lo primero. Las residencias son conciertos que se hacen por un tiempo en el mismo lugar. Es el mismo show cada vez, pero el artista no tiene que estar brincando de país en país, sino que el público es que va hacia él. 

Las Vegas es el lugar por excelencia de las residencias. Elvis Presley fue un duro en eso. Su regreso triunfal a los escenarios fue con una residencia, en la cual entre 1969 y 1976 hizo más de 600 presentaciones en el International Hotel (hoy Westgate). Celine Dion, Britney Spears, JLo y Adele, también lo han hecho. 

Bad Bunny tomó ese concepto y lo llevó a Puerto Rico, lo que no es sorpresa para nadie, considerando que este último álbum es una carta de amor a la isla. El 11 de julio empezó la residencia en el Coliseo de Puerto Rico José Miguel Agrelot. Las primeras nueve fueron exclusivas para residentes puertorriqueños, y el resto para el público general, con ventas que incluyeron paquetes VIP y paquetes de hotel. 

BAILE INoLVIDABLE

El espectáculo, producido por Noah Assad (manager de Bad Bunny y cofundador de Rimas Entertainment), montó un escenario con palmas, matas de plátano y una casita que era una réplica de la vivienda real de Román Carrasco Delgado, la misma que aparece en el cortometraje Debí tirar más fotos. La réplica fue diseñada por Mayna Magruder Ortiz, egresada de la Escuela de Diseño de Chavón, junto al arquitecto Rafael Pérez Rodríguez.

Cada fin de semana era un desfile de estrellas. Figuras como LeBron James, Jon Hamm, Austin Butler, Lin-Manuel Miranda, Alofoke, Tokischa y Belinda estuvieron por ahí para gozar del show o para gritar “Acho, PR es otra cosa”. Del lado de los que fueron a cantar junto a Benito, ni se diga. Desde El Alfa, Young Miko, Wisin y Ozuna, hasta Gilberto Santa Rosa, Ednita Nazario y Rubén Blades. Los productores DJ Luian y Mambo Kingz también fueron y Luian le pidió perdón por un pleito viejo por la salida de Bad Bunny de su sello.

Estamos bien

Lo que tiene a todo el mundo con los ojos en Puerto Rico es el bollo de cuartos que ha llegado a la isla por esa residencia. El país recibió turistas por un tubo y siete llaves. Esa gente que viajó para el concierto pusieron a los hoteles, restaurantes y negocios locales a facturar más que lo que habla Crazy Design. 

Las cifras están ahí: la residencia dejó un impacto económico estimado en 713 millones de dólares. Se calcula que más de 600,000 personas se movieron detrás de los conciertos. De ese público, un 55% fue boricua, un 39% fue de Estados Unidos y un 6% de otros países, sobre todo República Dominicana, Colombia, España y México. 

Los que llegaron desde EE. UU. generaron 507 millones, y los mismos locales aportaron otros 126 millones. En otras palabras, la residencia se convirtió en un sector económico aparte y Benito es prácticamente un santo en Puerto Rico.

Maldita pobreza

Como no todo es color de rosa, esta semana le cayó una demanda a Bad Bunny. Román Carrasco Delgado, mejor conocido como Don Román, de 84 años, le metió una querella por daños contra él y las compañías Rimas Entertainment, Move Concerts y A1 Productions. 

Según Don Román, el uso de su casa fue a lo loco. Dice que lo pusieron a firmar contratos en blanco desde la pantalla de un celular y que esa firma terminó en dos documentos distintos. Como no sabe leer ni escribir, nunca entendió qué estaba aceptando ni recibió copias. En su momento, le dieron 5,200 dólares. Ahora pide que anulen esos contratos, que le cubran los gastos de abogado y, de paso, un milloncito por el mal rato.

Eso sí, aclaró que no quiere hacerle daño a nadie, solo que se le pague lo justo. Porque más allá del dinero, dice que perdió su privacidad. Su hogar ahora es una parada turística con fans llegando a diario para tomarse fotos y grabar tiktoks, sin recibir ni un chele. Anda.

DeBÍ TiRAR MáS FOToS

Aunque el cierre “oficial” fue la función número 30, Bad Bunny anunció una función extra titulada “Una Más”, solo para residentes puertorriqueños. Los que no consiguieron taquillas, podrán tirarse el show desde algunas salas de cine de allá totalmente gratis. Al resto del mundo nos toca verlo online en Prime Video y Twitch.

Después arranca Debí Tirar Más Fotos World Tour, que inicia en RD el 21 de noviembre en el Estadio Olímpico Félix Sánchez y una segunda función el 22.

Pero antes, pasará por Saturday Night Live el 4 de octubre como anfitrión del primer episodio de la temporada 51. Además, seguro hará una parada en los Latin Grammy 2025, donde está a la cabeza con 12 nominaciones, incluyendo Álbum del Año. La ceremonia será el 13 de noviembre en Las Vegas. 

NUEVAYoL

No va. Porque la gira mundial no incluye a Estados Unidos. Bad Bunny explicó que una de las razones fue su miedo a que se le tirara migración a deportar a su público.

No es la primera vez que Benito se mete en temas político-sociales. En 2019, protestó para exigir la renuncia del entonces gobernador Ricardo Rosselló. También en El Apagón (2022) incluyó un mini-documental denunciando cómo están sacando a la gente de sus barrios para hacer espacio a los turistas, además de los apagones. 

Lo cierto es que económicamente no deja de ser un riesgo. Estados Unidos es uno de los mercados de giras más top, con estadios que garantizan millones por noche. Pero prefirió cuidar a su gente y mandar un mensaje. Tal vez Benito no es tan Conejo Malo.

Bueno, si por botella es, la de Jhonnie Walker Black Ruby está como nos gusta: elegante, sofisticada y bien aesthetic para los stories. Y por dentro se pone mejor, dulce, suavecito y con un toque frutal que le da un gustico diferente a los tragos clásicos que amamos. Definitivamente, perfecto para los coros finos.

EL POST DE LA SEMANA
VIENE LA PARTE 2

Friendo y comiendo: la segunda temporada de La Casa de Alofoke arranca este mismo año, del 20 de octubre al 27 de noviembre, y el premio sube a módica suma de 4 millones de pesos.

La casa será más grande, entran 20 participantes en vez de 16, se eliminan visitas, regalos y cuadernos, y las fiestas telemicro ahora serán fuera. También llega el famoso “uki uki room”, un cuarto para lo que tú sabes pero solo de madrugada.

El primer participante confirmado es Carlos Montesquieu, y ya hasta Gloria Trevi y la mismísima Laura Bozzo han dicho públicamente que quieren entrar.

DALE PLAY A
Lo nuevo en el cine

Adiós | Rep. Dom y Francia

Camina o Muere | EE. UU.

El gran viaje de tu vida | EE. UU.

Si eres fan de Hamilton, segurito quieres verlo en grande aunque ya lo hayas visto mil veces en Disney+. Caribbean Cinemas lo trae a pantalla gigante desde el 25 de septiembre, con preventa ya disponible.

LA ESTRELLA DE LA SEMANA
JIMMY KIMMEL

Jimmy Kimmel pasó de hacer chistes de medianoche a estar en el ojo del huracán. ABC suspendió su programa indefinidamente luego de un monólogo en el que habló del asesinato del activista conservador Charlie Kirk y acusó a la “pandilla MAGA” de sacar provecho de la tragedia. En el mismo segmento, se burló de Trump por responder con un “bien” cuando le preguntaron por la muerte de Kirk y rematar hablando de remodelaciones en la Casa Blanca. Kimmel dijo que el expresidente estaba en “la etapa cuatro del duelo: construcción”.

Pero la cosa no se queda en un chiste incómodo. Detrás hay intereses grandes: Nexstar, que controla decenas de canales afiliados a ABC, está negociando la compra de Tegna, un gigante de la TV. Para cerrar ese deal necesita la aprobación de la FCC (que regula las cadenas de televisión), dirigida por un aliado de Trump. La sospecha es que la cadena prefirió taparle la boca a Kimmel para no arriesgarse a que la operación se caiga.

Trump celebró la suspensión en redes y hasta pidió que también cancelen a Jimmy Fallon y Seth Meyers. Del otro lado, Obama y varios demócratas lo ven como un ataque a la libertad de expresión. Mientras tanto, Kimmel está en pausa y, irónicamente, nunca se había hablado tanto de él como ahora.

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Chaito