LA ESQUINA CALIENTE
UN CAN DE PELÍCULA

No hay cosa que le guste más a las estrellas que salir a brillar. Desde hace un par de semanas, por allá por la Riviera Francesa, las figuras más top de la industria del cine han dado de qué hablar en el Festival de Cannes.

Un lugar que siempre da el golpe primero con las predicciones de las películas que romperán en la temporada de premios, de donde salen las caras nuevas y donde se mueve dinero por pipá. Hoy, te traemos el contexto del festival y que pito toca Massiel en este cuento.

Primero, lo básico

El Festival de Cannes se celebra cada mayo, durante dos semanas, en el sur de Francia. Es uno de los eventos de cine más importantes del mundo. Se proyectan películas de autor e independientes, hay alfombra roja todos los días y se firman contratos millonarios detrás de cámaras (pero eso te lo explicamos más adelante). Muchas de las películas que compiten ahí terminan arrasando en premios como los Óscar, aunque ni pasen por Netflix.

Es uno de los eventos más glamurosos y espectaculares del mundo. Como se celebra en plena Riviera Francesa —una costa de lujo con hoteles cinco estrellas, mansiones, yates y playas privadas—, el ambiente lo convierte en algo único. De día, proyecciones y cine; de noche, mucho can y gozadera. Hay fiestas privadas en villas que parecen de película, cenas de gala y rumbas patrocinadas por marcas como Dior y Chopard. Algunas entradas llegan a costar hasta 6,000 dólares.

Pero antes no era así.

Todo es político

El Festival de Cannes nació de la rebeldía. En 1938, bajo presión de Hitler, el Festival de Venecia le dio el gran galardón a la película de propaganda nazi, Olympia. Después de esa indignación, al francés Philippe Erlanger se le ocurrió crear un festival libre de influencias políticas, donde el cine fuera lo más importante.

El plan estaba listo para arrancar el 1 de septiembre de 1939, pero justo empezó la Segunda Guerra Mundial y se canceló. Solo alcanzaron a proyectar El Jorobado de Notre-Dame en privado.

El verdadero debut fue el 20 de septiembre de 1946. Esa edición se celebró con euforia y optimismo luego de la guerra. Participaron 19 países y contó con un jurado internacional. Cada nación representada en el festival se fue con un Gran Premio y todo el mundo se fue contento. Esa edición, aún con algunos baches técnicos, se consideró un éxito total. Fue una muestra de paz y colaboración internacional, a través del cine. 

Los años buenos y malos

En los años 50, el Festival de Cannes estaba en su buena. Era un evento de renombre mundial. En 1955, crearon la Palme d’Or (La Palma de Oro), que se convirtió en el galardón más codiciado del cine. Y los asistentes ayudaron con la popularidad del evento. Figuras como Kirk Douglas, Sophia Loren, Grace Kelly y Brigitte Bardot desfilaron por ahí, captando la atención de los medios.

Pero también pesaba la Guerra Fría. Para evitar líos diplomáticos, en 1956 llegaron a censurar seis películas. Y en 1968, en plena crisis política en Francia, el festival explotó: renuncias del jurado, directores retirando sus películas y protestas por la censura y la falta de libertad artística.

Todo ese drama llevó a que los años 70 vinieran con una renovación para el festival. El nuevo enfoque era la diversidad cinematográfica y la libertad creativa. Actualmente, Cannes es el escenario por excelencia del cine independiente y cines emergentes como el coreano, africano, tailandés y latinoamericano.

¿Y los chelitos?

En el Marché du Film, que significa Mercado de Cine. Es uno de los mercados cinematográficos más grandes del mundo y sucede junto con el festival. Se estableció en 1959, cuando el ministro de Cultura, André Malraux, entró como cabeza de la organización. Para él, el cine era más que arte: era un negocio. 

Lo que hizo fue darle un estatus oficial al mercado, que se venía haciendo en secreto desde 1946. Con eso, el festival dio un giro y pasó a ser también un lugar crucial para el networking.

A Cannes asisten directores, actores, críticos, periodistas y productores de todo el mundo. También van marcas que invitan a celebridades e influencers. Mientras nuestros ojos están en las películas y las alfombras, un grupo está cerrando negocios.

Ahí se venden guiones, ideas y películas —incluso sin tráiler— y se cierran acuerdos millonarios entre productores y distribuidores. Cualquier negocio de muchísimos 0 dan ganas de celebrar toda la noche y allá es el lugar para eso también.

¿Y los premios?

El festival cuenta con una Competición Oficial y la categoría de Una Cierta Mirada para cine innovador y emergente. Un comité de selección depura todas las películas que se inscriben y se encarga de decidir en qué categoría va cada película y cuál abrirá el festival. 

Cada año, la Junta Directiva del Festival designa un jurado, que son los responsables de elegir cuáles películas recibirán un premio en Cannes. Pero ese jurado no es un reguero de gente como en los Óscar. Aquí no hay cientos de votantes que ni vieron la película. Es un grupo pequeño, rotativo y artístico formado por directores, actores y guionistas que sí se sientan a ver cada peli antes de decidir a quién premiar.

A diferencia de Hollywood, en Cannes no importa si la película va a vender millones ni si tiene a las estrellas del momento. Es cine para quienes aman el cine. Lo que se premia es la propuesta: cómo está contada, qué tan arriesgada es, qué tiene que decir y qué te hace sentir. 

Escaleras, palma y aplausos

Hay tres cosas que identifican el festival:

• Las icónicas escaleras rojas del Palais des Festivals, donde se realizan las proyecciones más importantes. Si usted va para allá adentro, sepa que tiene que lucir su mejor look y subir los 21 escalones cada día. Ahí es que se toman las fotos más icónicas del festival. 

• La Palma de Oro (Palme d'Or en francés), el máximo galardón. Es una representación de lo mejor del cine. Películas como Taxi Driver (1976) de Martin Scorsese, Pulp Fiction (1994) de Quentin Tarantino y Parasites (2019) de Bong Joon-ho se han llevado el galardón. Anora (2024), la ganadora a Mejor Película en los Óscar, ganó este premio el año pasado.

• Las ovaciones de pie al finalizar la proyección de una película son el termómetro para medir si tocó al público brutalmente honesto de Cannes. Se miden los minutos de duración y mientras más minutos, mejor recibida fue la peli. Dicen que una ovación de pie en Cannes vale más que millones de taquillas vendidas. Algunas de las ovaciones de más duración son: Inglourious Basterds (2009) y The Substance (2024) con 11 minutos; The Artist (2011) con 12; y Pan’s Labyrinth (2006) con el récord de 22 minutos. Este año la gente no le quiere creer mucho a las ovaciones, porque Emilia Pérez recibió 9 minutos el año pasado…

Momentos icónicos

Cannes no solo se recuerda por las películas, también por los momentos que se quedan pegados en la cultura pop:

• En 1953, con solo 18 años, Brigitte Bardot posó en bikini en la playa de Cannes. Aunque el bikini existía desde 1946, seguía siendo escandaloso. Estaba prohibido en EE. UU., vetado en varios países y condenado por el Papa. Esa imagen icónica ayudó a forjar la reputación del festival como sinónimo de glamur y provocación.

• En 1955, Grace Kelly asistió al festival para promocionar su película To Catch a Thief. Ahí conoció al príncipe Rainiero III de Mónaco en una sesión de fotos y el resto es historia porque dejó Hollywood para casarse con él.

• En 1991, Madonna fue a Cannes a presentar su documental Truth or Dare (In Bed with Madonna) y se robó el show. Llegó con un corset cónico de Jean Paul Gaultier, pantalones cortos de seda y una capa rosa, desafiando por completo el dress code elegante del festival. Su look rompió esquemas y convirtió la alfombra roja en escenario:

• En 2024 llegó la actriz y ex Miss República Dominicana, Massiel Taveras se hizo viral porque andaba con un vestido que tenía en la cola la cara de Jesucristo. Mientras intentaba posar para las cámaras, una guardia de seguridad la quitó sin mucha paciencia. 

Este año, el festival decidió endurecer su código de vestimenta que ya era estricto. En el 2015 se armó un lío porque los de seguridad no dejaban entrar a mujeres sin tacones. En esta edición están prohibidos los trajes con transparencias excesivas y los diseños exagerados con colas kilométricas que hacen que el tránsito en la alfombra sea lento. ¿Culpa de Massiel? No sabemos.

Lo que sí sabemos es que este año su vestido no tuvo cola, sino muchas flores. Dizque 900 y cortadas a mano. Esta vez el drama vino porque supuestamente Massiel envió una nota de prensa diciendo que Giannina también diseñó su traje de este año y según algunos medios, la diseñadora salió a desmentirlo. 

Y si te preguntas qué busca Massiel allá, es porque es la presentadora oficial de la gala y premios internacionales Red Diamond Awards IR Worldwide. Según lo que encontramos en páginas dudosas, esta premiación reconoce el liderazgo femenino en varios ámbitos.

En esta edición…

La presidenta del jurado es la actriz francesa Juliette Binoche, quien ha actuado en más de 40 películas. Este año también se destaca por el poder femenino, con siete directoras compitiendo por la Palma. Un récord en la historia del evento. 

Desde que empiezan las proyecciones, empieza el cuchicheo. Un proyecto que anda sonando entre los críticos es It Was Just an Accident del director Jafar Panahi, que refleja su propia experiencia en Irán. Wes Anderson, un favorito, presentó The Phoenician Scheme, una comedia de espionaje con su sello visual único. Para los millennials está Die, My Love de Lynne Ramsay, protagonizada por Robert Pattinson y Jennifer Lawrence. A Lawrence ya le están pegando su siguiente nominación al Óscar por su actuación.

En el festival también han brillado los debuts como directoras de Scarlett Johansson (Eleanor the Great) y Kristen Stewart (The Chronology of Water), y el debut en Cannes de Mascha Schilinski (Sound of Falling). 

Mañana sábado 24 de mayo se termina el festival y se darán los premios a las películas que seguro seguiremos escuchando para la temporada de premios del 2026. Estamos atentos. Att: Raquel Arbaje.

EL POST DE LA SEMANA
CLASISMO: Sí O NO

Tokischa es viral porque en una entrevista con Alofoke dijo que ha intentado alquilar o comprar apartamento en varias torres de Santo Domingo —incluyendo un penthouse en Bella Vista—, pero aunque cumple con los papeles y el dueño le da el ok, las juntas de vecinos siempre dicen que no porque son “edificios familiares”.

Algunos la defendieron por denunciar el clasismo de este país, otros la criticaron por su estilo de vida. Un abogado le echó leña al fuego diciendo que los dueños “evitan personas como ella” por ser “estridente, embriagada y poco disciplinada”... y hasta subió un contrato con prohibiciones.

Tokischa salió como gallito y dijo que sus únicas controversias han sido por denuncia social y liberación femenina. Que lleva una vida sana, no bebe, no fuma, ni come disparates. No arma escándalos, y que lo más ruidoso en su casa son los cuencos tibetanos porque medita.

El tema se debatió en todas las redes y en la mayoría de medios. Todo el mundo opinó, pero el que tiene cola que le pisen, no puede opinar en todo. Por ejemplo, El Dotol Nastra dijo que ella ha hecho cosas que hacen que no la acepten. Y ella respondió que no le sorprende su opinión, porque quienes más la critican suelen tener hijos —y hasta ellos mismos— que son peores que ella. Por si alguien olvidó, su hijo está preso por robo y asesinato.

Como ya la cosa se fue hasta al debate legal, el Defensor del Pueblo, Pablo Ulloa, salió a decir lo que muchos pensaban: eso es discriminación. Citó la Constitución y recordó que negarle vivienda a alguien por cómo se viste o actúa es violar sus derechos.

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LA ESTRELLA DE LA SEMANA
SHAKIRA

Shakira está en todos lados. Empezó el mes en la Met Gala con un vestido rosado que nada que ver con el código Tailored for You. Para eso se hubiese quedado en su casa, pero claramente fue a buscar ese sonido gringo. Al otro día ya estaba en Jimmy Fallon celebrando los 20 años de Hips Don’t Lie con Wyclef Jean. Y volvió dos veces más: una para una entrevista y otra para cantarte Antología en vivo.

Y no es coincidencia. Todo esto es parte del empuje mediático de su gira en Estados Unidos, Las Mujeres Ya No Lloran, que empezó el 13 de mayo en Charlotte y se extiende hasta el 30 de junio en San Francisco. Un espectáculo increíble, según los stories y los TikToks. Esta semana se dio un estrallón en Canadá, pero eso es parte del deporte y 20 años después, lanza hoy una canción Bésame con Alejandro Sanz. También esta semana nos enteramos de que volvió como Gazelle en el tráiler de Zootopia 2. La Shaki está tan fuerte que hasta generó una alerta de sarampión tras su show en Nueva Jersey.

Ha rendido mucho en mayo 🤣. Hasta los hijos sacaron una canción este mes. Después de muchos años off + la ruptura, todo apunta a que el 2025 será el año dorado de Shakira.

Si no sabes a dónde llevar a tu mamá o qué regalarle, tranqui. Te hicimos esta guía con planes y regalos que no fallan. Dale clic y resuélvelo que para eso está La Magacín.

Un abracito para las mamis