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Leslie Mejía: la fotógrafa de 24 años que convirtió su creatividad en un juego
Con el lanzamiento de la tercera edición de su juego Let’s Get Trucho, Leslie va detrás de más chulería, con la valentía de hacer sus ideas realidad y las ganas de intentarlo todo.


Cuando Leslie Mejía toma su cámara amarilla en las manos, es difícil imaginarla haciendo otra cosa que no sea fotos. Pero es justamente esa su magia, que su creatividad y talento detrás del lente se traducen a otros aspectos de su vida profesional. Esa misma energía que pone al usar una cámara es la que también la acompaña a las tres de la mañana, entre notas del celular y TikToks motivacionales, cuando le suele llegar la inspiración.
A sus 24 años, ha aprendido a transformar ocurrencias en proyectos reales y sus proyectos en parte de su identidad. Es la fotógrafa detrás de algunos de los momentos más importantes de La Magacín —nuestro evento de aniversario, la premiere de Los Rechazados, y los editoriales de Patricia Peña y Pizzorno—, pero también la creadora de Let’s Get Trucho, un juego de cartas tan dominicano, divertido y auténtico como ella misma.
Su historia es la de una joven que decidió tirarse sin esperar la aprobación de nadie, con seguridad, humor y pasión.
UNA MIRADA QUE VIENE DE FAMILIA

Antes de las cámaras profesionales y las luces, estaba una niña de 12 años viendo a su abuelo con una camarita digital en cada reunión con la familia. “Me encantaba la chercha que se armaba cuando él hacía las fotos”, recuerda. Aquellos momentos familiares marcaron su manera de ver el mundo.
“Para mí, la fotografía no es solo capturar momentos, es crear recuerdos que puedo ver una y otra vez para volver a sentir la emoción que tuve al hacer la foto”, dice.
Hija de un padre capitaleño y una madre puertoplateña, Leslie se considera “dominicanísima”. Estudió Publicidad en la Universidad APEC y se aferró a la curiosidad para ir trazando su camino. En sus fotografías hay color y naturalidad, y detrás del lente hay disposición de inventar lo que sea para lograr el mejor resultado.
Su palabra favorita —y probablemente la más usada en toda su conversación— es chulería. “Para mí, algo chulo es divertido, auténtico, de esas cosas que ves y te ríes sin saber por qué”.
Con los años, ha trabajado con todo tipo de clientes desde restaurantes y panaderías a ferreterías y tiendas. Esa diversidad la ha ayudado a combinar lo comercial con lo artístico y a llevar un proceso creativo caótico. “Pinterest es mi mejor amigo, pero mis ideas suelen empezar con un ¿y si...?. Cuando digo eso, sé que algo se aproxima”.
JUGANDO CON LA MENTE

Para Leslie, crear es sinónimo de jugar. En 2021, mientras los juegos de mesa estaban cogiendo fuerza, Leslie andaba colada en los coros de su hermano Gabo. Fue así que se dio cuenta que la gente no hablaba entre sí. “Vi a personas sentadas, sin conexión, y pensé: “Qué chulo sería crear un juego de mesa. También se me dañó el carro y necesitaba dinero”, confiesa riendo.
Así nació Let’s Get Trucho, un juego de cartas diseñado para sacarle el jugo a la personalidad del dominicano. Siempre supo que quería llamarle trucho —que significa estar relajado—, pero una amiga le dijo que Let’s Get Trucho sonaba bien y no hubo vuelta atrás.
Más allá de la idea, Leslie se metió de lleno en cada paso, siendo el diseño uno de los mayores retos de ese primer lanzamiento. “El primer diseño me lo hizo mi amiga Claudia; yo hacía garabatos en papel y ella los convertía en algo real”, cuenta Leslie.
El juego es sencillo, pero se presta para mucha chercha. Cada jugador toma una carta del mazo y tiene dos opciones: hacer el reto o beber. Las cartas vienen marcadas con categorías que indican cuántos shots hay que tomar si decides no hacer el reto. Después del éxito de la versión clásica, nació Let’s Get Horny, una edición especial de San Valentín pensada para parejas con 14 tickets válidos para diferentes retos.
PARA TODA LA FAMILIA
El universo de Let’s Get Trucho no se detiene ahí. Esta semana, Leslie lanzó la nueva edición: Let’s Get Together, pensada para familias y grupos mixtos. “Esta tercera edición significa puro crecimiento y expansión”, explica con emoción. “Le tengo mucho amor porque me tomó tiempo hacerlo, y la respuesta de la gente ha sido increíble”.
En esta versión, el juego se vuelve más dinámico. Un jugador toma una carta del mazo y la lee en voz alta; luego presiona el botón del medio de la Ruleta Trucha, que activa una cuenta regresiva de diez segundos. Todos deben responder lo que pide la carta antes de que el tiempo se acabe, y quienes acierten ganan una ficha. Así se va pasando el turno hasta que todos participen y la ronda termine.
A nivel de producción, esta edición viene con un producto que no se consigue en el país. Al ser la primera vez importando materiales esenciales para el juego, Leslie siente una gran satisfacción con el resultado final.
Además, le encanta ver la reacción de la gente al jugar.
“El dominicano es bulloso de por sí, y cuando tú le das una herramienta para que lo sea con base, oye, eso es pura algarabía”, dice muerta de risa.
SIN INVERSIONISTAS Y SIN MIEDO
A diferencia de otros proyectos, Let’s Get Trucho no tuvo patrocinadores ni inversionistas. Leslie lo financió todo. “Hago mi Excel, me entrego a Dios y le doy para allá”, dice con naturalidad. Aunque es una manera sencilla de resumirlo, lo cierto es que lleva un sistema que le funciona. Con cuentas en distintos bancos para cada uno de sus negocios y las ganancias repartidas en distintas categorías de necesidades, su mente creativa no le resta lo organizada.
Ella misma supervisa cada etapa del proceso: desde la selección de materiales hasta el diseño del empaque, con una visión clara: “Quiero que cuando la gente vea el juego en una tienda diga: ‘¿Oh, y esto qué es?’.”
CREADORA 24/7
Leslie no se define por una sola faceta. Es fotógrafa, creadora y emprendedora, pero sobre todo, una joven que vive de lo que imagina. “Me da miedo no intentarlo lo suficiente”, confiesa.
“Me gusta demostrarme que las ideas no se tienen que quedar en las notas del teléfono”.
Ese impulso también la llevó a fundar Montao, su propuesta de espacios de fotografía 360 para eventos, con la que ha participado en bodas, cumpleaños y hasta en el Family Day de Cervecería Nacional Dominicana. “Todavía es un bebé en crecimiento”, dice.
Más allá de su trabajo, Leslie busca algo más profundo: “Quiero sentirme plena, vivir en el presente sabiendo que lo que estoy haciendo hoy me está preparando para un futuro espectacular”.
Y aunque muchas de sus ideas nacen mientras está sola, su mayor fuente de inspiración está en quienes la rodean. “Realmente me inspira la gente. Mi círculo de amigos es cerrado, pero son mi mayor inspiración. Somos un grupito como de diez viviendo nuestros veintes, y creo que no hay mejor inspiración que esa”.
Tal vez por eso cuando habla de éxito, lo hace sin mucho bulto. “Defino éxito como paz. Esa tranquilidad de saber que lo estoy logrando sin morir en el intento”, dice.
EL FUTURO SE VE CHULO
Con la tercera edición de Let’s Get Trucho en circulación, Montao creciendo poco a poco y su portafolio fotográfico en constante expansión, Leslie Mejía es parte de una generación que está cambiando lo que significa emprender desde la autenticidad. Su día a día está lleno de movimiento, pero también de propósito. “Me imagino encontrando mis trabajos en las calles, en las vallas, y a Let’s Get Trucho en tiendas por departamento. Eso para mí sería un sueño”.
Cinco años atrás, Leslie no imaginaba todo lo que lograría. Hoy mira hacia al pasado con la certeza de que todo está marchando bien, y el “qué dirán” nunca fue parte de la conversación. “Cada cosa que hago recibo tanto amor que en mi cabeza se hace imposible creer que este no es el camino correcto”, dice con una sonrisa.
Mientras hace malabares entre sus ideas realizadas y las que aún la despiertan en la madrugada, Leslie sigue lista para la batalla. Con la fe intacta, el Excel abierto y una sonrisa, una cosa queda clara: en su vida, las ideas no se quedan en las notas del celular y la creatividad, más que un talento, es un juego que se toma en serio.