El papá del ratón más famoso

Un día como hoy nació Walt Disney, el creador del universo que va del cine al celular y que nos hizo pagar por tomarnos fotos con un ratón gigante. Aquí te contamos cómo empezó todo con un lápiz, un tren y una obsesión por contar historias.

No hay mucha gente capaz de inventarse un imperio que funcione igual en un cine, en la tele, en una app y en un parque donde pagas feliz por tomarte una foto con un ratón gigante. Pero ahí apareció un muchacho flaco de Chicago con un lápiz y una obsesión por contar historias.

Un día como hoy de 1901 nació Walt Disney, un tipo que no sólo dibujó personajes sino que creó industrias completas. Lo que hoy llamamos Disney es un monstruo que vive en tiendas de lujo de la 5ta. Avenida y pacas de la Duarte. Desde los muñequitos que marcaron infancias hasta la plataforma que te vende nostalgia en 4K, todo empezó con un hombre que dibujó un ratón. 

Érase una vez…

Walt Disney nació en Chicago y creció entre granjas, trabajos difíciles y disciplina. De niño no soltaba el lápiz, dejaba caricaturas regadas por toda la casa y hasta le vendía sus dibujos a sus vecinos cuando solo tenía siete años. Cuando su familia se mudó a Missouri, descubrió dos grandes amores: los animales y el sonido de los trenes. Ambos aparecen en casi todo lo que creó después.

De adolescente repartió periódicos, hizo mandados y vendía chucherías en la estación del ferrocarril. Intentó entrar al ejército con 15 años y, cuando lo rechazaron, falsificó la edad. Al final, entró para manejar ambulancias en Francia durante la Primera Guerra Mundial.

Al volver a Estados Unidos decidió dedicarse a la animación. Conoció a Ubbe Iwerks, un animador y técnico en efectos especiales, con quien fundó una empresa. Saltó entre varios trabajos, fracasó varias veces, volvió a empezar y finalmente se alió con su hermano Roy. Walt soñaba y Roy mantenía los pies en la tierra. Luego se unió Ubbe, con quien creó su primer éxito: Oswald el conejo. El cliente se quedó con los derechos del personaje, pero en un viaje de tren Walt garabateó su venganza: un ratón con guantes y sonrisa gigante. 

A ese boceto lo llamó Mortimer, pero su esposa le hizo cambiarle el nombre a Mickey. Algunos investigadores debaten si la creación del ratón fue de Walt o de Ubbe, pero lo cierto es que el día que nació Mickey empezó una nueva era.

Muñequitos en pantalla grande

En 1928, Mickey Mouse debutó en Steamboat Willie, uno de los primeros cortos con sonido sincronizado. El mundo quedó en shock. El mismo Walt hizo la voz de Mickey. Cuatro años después, Flowers and Trees le dio a Disney su primer Óscar y abrió la puerta al color.

Entonces llegó 1937 con Blancanieves y los siete enanitos, el primer largometraje animado de la historia. Costó más de lo que el estudio podía pagar. Walt hipotecó hasta la silla del escritorio, pero a la película le fue bien en taquilla y demostró que los dibujos animados podían ser un género. 

Para esa fecha inventó la cámara multiplano, que permitió crear profundidad real en animación, una idea que Pixar llegó a usar décadas después. Siguió inventando y arriesgandose con producciones como Pinocchio, Fantasia, Dumbo y Bambi que, aunque algunas no guisaron en taquilla, fueron sentando la base del imperio.

Gente de verdad

Walt no se conformó con los dibujos. En los 40 empezó a mezclar animación y actores, y para 1950 ya estaba metido de lleno en el live-action con Treasure Island. El verdadero “ajá” llegó con 20,000 Leagues Under the Sea (1954) y Mary Poppins (1964), que ganó cinco premios Óscars.

Walt Disney se volvió postalita repetida en los Óscars. Con 22 estatuillas y varios premios honoríficos es la persona con más premios en la historia de la Academia.

La combinación de animación, live-action, ambición industrial y éxito en premios fue la base que décadas después pudiera manejar franquicias gigantes, como Marvel y Pixar hasta convertir a Disney en titanes en taquillas..

La magia de la tele

Mientras Hollywood entraba en para con la llegada de la televisión, Walt la usó como aliada. En 1954 lanzó Disneyland, un programa semanal por ABC que reunía cortos, documentales y avances. En su primera emisión aproximadamente 28 millones de televisores estaban sintonizados. 

En 1955 llegó The Mickey Mouse Club, un formato diario para niños que incluyó sketches, música y seriales y que se convirtió en fenómeno juvenil. La versión renovada de finales de los 80 y de los 90 (The All-New Mickey Mouse Club) lanzó a artistas como Britney Spears, Justin Timberlake, Christina Aguilera y Ryan Gosling. Ya no se trataba de llevar a la gente al cine, sino de entrar a sus casas todos los días como si fuera La Opción de las 12.

Con el tiempo Disney siguió amarrando sus nudos en la pantalla chica. Disney Channel nació en 1983 y Disney llegó a tener presencia en más de 160 países. En 1996, desembolsaron 19,000 millones para comprar ABC y formar un titán en el mundo del entretenimiento.

El lugar más feliz del mundo

Disneyland abrió en 1955 con el real desorden: calor asfixiante, asfalto derritiendo los zapatos de la gente y atracciones fallando. Todo fue culpa de que gracias a una campaña publicitaria más fuerte que la de Gonzalo Castillo, el día de la inauguración para prensa e invitados especiales, llegó el reguero de gente. Saltaron las vallas y se empezaron a montar en atracciones que no estaban listas y crearon un caos en los accesos.Bautizaron el día como Domingo Negro de lo mal que les fue. 

Aún así, a los pocos meses había superado el millón de visitantes. El fracaso del primer día se convirtió en un aprendizaje. Estableció la regla de que nadie debía caminar más de 30 pasos para encontrar un zafacón, para mantener la limpieza y la magia intacta. Además, diseñó un sistema de túneles subterráneos en Walt Disney World para que los empleados se movieran sin romper la ilusión. 

Para garantizar la excelencia, Walt creó Disney University en 1955, un programa interno de capacitación dirigido a los empleados de los parques para que aprendan estándares de servicio y cómo crear experiencias. Además, tienen el Disney College Program, que permite a estudiantes universitarios hacer pasantías en los parques mientras reciben formación en liderazgo y hospitalidad.

La visión se expandió con Walt Disney World y parques en Tokio, París, Hong Kong y Shanghái. Hoy, los parques Disney reciben alrededor de 140 millones de visitantes al año y un reguero de propuestas de matrimonio.

Un ratón digital

Mickey Mouse y Disney nacieron mucho antes del internet y TikTok, pero la filosofía de su creador: “llevar historias donde esté la gente”, encaja perfecto en 2025. Por eso cuando Disney+ nació en 2019, sabíamos que iban a romper. Llegaron con un catálogo de 100 años de contenido, Marvel, Star Wars, Pixar, National Geographic, clásicos, remakes y nuevos inventos. En menos de tres años superó los 130 millones de suscriptores, uno de los crecimientos más rápidos del streaming.

The Mandalorian, WandaVision y Loki demostraron que Disney sigue al último “guay” de la moda. La plataforma mezcla lo moderno con lo viejo, y vende algo más poderoso que simple contenido: la creación de recuerdos y la nostalgia.

Un legado congelado

Walt Disney enfermó de cáncer de pulmón en noviembre de 1966 y murió el 15 de diciembre de ese mismo año, un mes después del diagnóstico. Fue cremado dos días más tarde, pero aún así hay una teoría de conspiración que asegura que Walt dejó instrucciones para ser conservado y que su cuerpo está congelado debajo del Castillo de Cenicienta. La teoría se volvió tan popular que muchos creen que Disney lanzó la película Frozen para que, al buscar “Disney Frozen” en internet, los resultados se llenaran de esa historia en vez de conspiraciones.

Sea como sea, Walt tal vez no vivió para ver la monstruosidad que desató, pero su fórmula de innovación, imaginación y obsesión por el detalle sigue alimentando a la compañía más influyente del entretenimiento. Lo que empezó como dibujos en blanco y negro hoy son franquicias globales, parques futuristas y un catálogo digital que vive en millones de pantallas. 

Cada atracción, cada película y cada recomendación en Disney+ está programada con su ADN. Mientras un niño descubra La Sirenita en una tablet, un adulto llore con Coco o alguien espere un nuevo episodio de su serie favorita, Walt seguirá vivo.

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